Del romance de Aniceto y la Francisca, hasta la soledad de Aniceto y unas pocas cosas más sobre el cine de Leonardo Favio

Pasé días intentando resolver como iniciar un texto de Leonardo Favio, llegué a una sola conclusión: me parece extremadamente difícil y sigo sin saber por dónde empezar. Favio me parece inabarcable y ninguna de las palabras que diga sobre el artista que es, van a ser suficientes para realmente abordar la grandeza de su cine.

Mi acercamiento a Favio es reciente. Este año conocí su cine, fui con amigues a todas las proyecciones que se hicieron en el gaumont en homenaje a los 10 años de su fallecimiento. Y desde la primer película que vi (Nazareno cruz y el lobo) estoy fascinada y me alegra mucho ver que un cineasta que tuvo su última película en 2008, este más vivo que nunca. Pude ver su cine en el festival de Mar del Plata y me emocioné las palabras de Graciela Borges en su conmemoración. Incluso dió la casualidad de que un bloque a estudiar en la facultad era dedicado Leonardo Favio (gran parte de este escrito fue elaborado para la materia historia del cine argentino).

Un texto que me introdujo y ayudó mucho fue el de Yamila Volnovich en “Leonardo Favio ¿Es posible un cine revolucionario? Imaginar un pueblo, filmar la vida: arte y política en El dependiente, Nazareno Cruz y el Lobo y Aniceto.” Volnovich trabaja ciertas nociones sobre el film Aniceto (Leonardo Favio, 2007) a partir de lo artificio, la anamorfosis, la alegoría y la parábola. Pero voy a enfocarme principalmente en dos: lo artificio y la alegoría.

Aniceto incorpora lo artificio una y otra vez alrededor de sus 82 minutos de duración. Toda la puesta en escena vibra al ritmo de una escenografía creada específicamente para la realización del film. Al comprender que esta fue filmada exclusivamente en un gigante hangar de Quilmes, Buenos Aires, se nos evoca como espectadores del arte a relacionarlo intuitivamente con el teatro. La relación es clara y Favio lo comprende al inspirarse justamente en el radioteatro y asignarle al decorado una utilería cien por ciento artificial. Les espectadores somos testigos de un decorado estático y difuso, que va más allá de la concepción real del espacio cinematográfico que se entrelaza con la espacialidad de una manera teatral, expresiva y que incorpora un juego de luces que sorprenden y exceden a lo cinematográfico en si mismo (por ejemplo la escena de baile de Aniceto y la Lucía donde pasan de un espacio de baile “real” a un cubo negro donde los personajes se unen al ritmo de la música apasionadamente). A partir de este ejemplo podemos aludir a los espacios que según Volnovich, referencian a lo pictórico como si cada construcción del campo se encerrara en una obra de arte encuadrada justamente en un plano general.

En Aniceto (y en el cine general de Favio), se trabaja a fondo con la música y es un recurso excelente para adelantar y dramatizar la presencia de los personajes. Favio narra la historia con un procedimiento fílmico que cuenta los conflictos y las pasiones a través de la danza clásica y le incorpora temas populares a las escenas más significativas, citando a Volnovich  “el encuentro con Lucía, al compás de la cumbia “La burrita” interpretada por el grupo los Wawancó” (…) referencia indiscutible de la música tropical en la Argentina” (Volnovich, 2020). Junto con un uso de la música instrumental para acentuar el dramatismo de escenas particulares.

En cuanto a la concepción de alegoría, se encuentra difícil no reducir a Aniceto a la vida y obra de Favio. El último film del realizador que hace alegoría a sí mismo, de hecho este se incorpora a la narración a través del recurso de la voz en off donde tambalea entre hablar de sí mismo o de Aniceto y su historia (particularmente visible en la primera escena), representando a su vez, los acontecimientos más significativos de la trama que vuelven al diálogo inorgánico y hasta sobrante. Hace unos días hablaba con un amigo sobre el cine de Favio, le dije que para mí, él entendía que su fuerte no era el guión y que muchas veces en el cine las palabras sobraban entonces utilizaba el recurso de la música o del movimiento, como la danza para poder expresar aquello que las palabras muchas veces no lograban. Sin pensarlo mucho creo que esta  escena es una de las mejores de su cine sobre todo porque ejemplifica esto, las palabras sobran solo se escucha un “Nada, es que… que te quiero” y sobra, les espectadores ya sabíamos que se querían porque ese tango nos lo dijo todo. Ahí radica una de las grandezas de Leonardo Favio.

Para finalizar el análisis de Aniceto, es importante mencionar que al ser una alegoría, es una remake/re-interpretación de El romance del Aniceto y la Francisca (Leonardo Favio, 1967) segunda película del director que se rige bajo cierta parte de los cánones de la generación de los 60s en cuanto a los valores, la independencia al filmar una “historia de pueblo” –aunque a diferencia de sus colegas de los sesentas, se aleja del típico espacio porteño-, una producción con un ascetismo cruel que refleja la soledad, el aislamiento, la falta de espacio, la angustia junto con una precarización de objetos de decorado y con un tratamiento de la imagen muy característico de Leonardo Favio, usos del primer plano como objeto de detalle y emocionalidad y unos planos generales que brindan contexto situacional. El montaje varía entre estos primeros planos y planos generales que suelen rechazar al plano medio incorporando las acciones de los personajes como saltos bruscos que no se rigen sobre las bases del montaje tradicional. (Oubiña y Aguilar, 1993) Recomiendo el texto estos dos autores: “De cómo el cine de Leonardo Favio contó el dolor y el amor de su gente, emocionó al cariñoso público, trazó nuevos rumbos para entender la imagen y otras reflexiones”.

A pesar de contar la historia una vez más, muchas cosas se diferencian de la original. La puesta en escena, la escenografía, la iluminación, la narración, incluso cambia en cierto modo el género, Favio lo llama un “filme-ballet” ya que esta vez la historia es narrada a través de la increíble expresividad del cuerpo en movimiento y del simbolismo alegórico de entre otros elementos, los animales. Incluso el título carga en su simplificación una alegoría distinta, ya que no se trata de “Este es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza y unas pocas cosas más” sino que es la historia de Aniceto y sus amores femeninos pero por sobre todo su amor al gallo, el animal cargado de masculinidad, poderoso, conflictivo, ganador. A su vez, las muertes de los personajes de Favio, también conllevan una alegoría, en este caso Aniceto muere torpe y fatalmente luego de haber entregado a su compadre, a su amigo, a su “amor”, el gallo.

De hecho Aniceto (Leonardo Favio, 2007) se acerca a las formas modernas de reproducción y representación del cine argentino contemporáneo principalmente al modelo industrial porque cuenta con un financiamiento importante, de gran producción y con un equipo prestigioso y con el apoyo del INCAA –no como la generación de los 60’s que en múltiples ocasiones fue rechazada por esta institución al ser, entre otras cosas, calificada de cine tipo B–, las actuaciones de personajes que no son actores sino bailarines y la concurrencia a su vista de un público masivo y popular –llegada a la que generalmente el cine de los 60’s, incluyendo El romance de Aniceto y la Francisca, no accedía- .

Este fue el análisis que realicé en base a las dos versiones de Aniceto. Sin embargo este texto podría continuar, me encantaría hablar de toda su filmografía pero la extensión sería enorme. Pero más allá de leer sobre Favio, lo importante es verlo a él y ver su ojo para dirigir. Por eso recomiendo que –probablemente ya lo hicieron- vean sus películas, absolutamente todas valen la pena. Se pueden ver por ahí (la mayoría en youtube), de mi parte dejo una división en trilogías que hacen muchos críticas sobre el cine de Favio:

1er Trilogía o trilogía en blanco y negro:

  • Crónica de un niño solo (1965)
  • El romance del Aniceto y la Francisca (1966)
  • El dependiente (1969)

2da Trilogía:

  • Juan Moreira (1973)
  • Nazareno Cruz y el lobo (1975)
  • Soñar, soñar (1976)

-exilio y alejamiento del cine-

3er Trilogía (la más política de todas)

  • Gatica, el mono (1993)
  • Perón, sinfonía del sentimiento (1999)
  • Aniceto (2008)

Y acá unos links para acercarse a la figura del artista:

https://www.facebook.com/faviocronicadeundirector/videos/1719776791594595/

https://bcn.gob.ar/muestras/muestra-la-pasion-segun-leonardo-favio muestra La pasión según Leonardo Favio, en homenaje al cineasta en la Biblioteca Nacional del Congreso en la Sala Pública de Lectura (H. Yrigoyen 1750, CABA) – Espacio Cultural BCN (Alsina 1835, CABA).

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